“¡No me digas lo que puedo o no puedo hacer!” Resume perfectamente mi pensamiento en estos momentos. Hablando con la gente les comento nuestro proyecto y me miran como si me hubiese vuelto loco. ¡Nada más lejos de la realidad! Loco… ¡ya estoy!
Kilómetros y kilómetros en un coche, atravesando países y países. Tampoco me parece tanto. Seguramente esto me lleve a la esencia del ser humano: el mal olor.
¡Qué bonito volver a las raíces!
Nota: llevar desodorante y colonia.
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